jueves, diciembre 01, 2005

Una ración más de gotas de lluvia.


Algunos de vosotros me habéis preguntado, en relación al post sobre las gotas de lluvia, qué es lo que me dicen cuando caen sobre mis zapatos. Pues debo deciros que son muchas las cosas que me cuentan, no cabrían aquí, así que os voy a relatar una pequeña historia, una historia que ellas me contaron de alguien invisible…

Cayó una gota de lluvia en su oreja e, inmediatamente, sintió como si le hubiera atropellado un coche a gran velocidad mientras paseaba la falsa paz de su alma por las calles de aquella urbe que se mofaba de él a su paso por el simple hecho de ir sin ropa, sin caretas…, desnudo.

Eran los recuerdos los que conducían ese coche. Iban sin frenos, con la ventanilla bajada, infringiendo las leyes de la tranquilidad, borrachos de tristeza, drogados a base de esnifar nostalgia, gritando canciones de letras punzantes… Todos esos recuerdos en forma de gota en su oreja.

Se paró en seco y miró al cielo. Vio como llovían gotas, como caían recuerdos y le mojaban, inmediatamente echó de menos el el paraguas que dejó olvidado en aquella casa…, la que dejó de ser la suya, aquella que pasó a ser exclusivamente de él, aquella que fue espectadora en primera fila de la particular forma que tenían de decirse “te quiero”…, un leve toque con la lengua en el lóbulo de la oreja, casi como el roce de una gota de lluvia, tan efímero como lo fue su amor.

Las gotas de lluvia cuentan cosas, pero hay que estar atento, muy atento porque son casi como un susurro en tu oído. En el momento en el que me susurraron la historia que acabo de relatar me di cuenta de la fuerza y la importancia de los recuerdos, por muy pequeños que sean.

La próxima vez que llueva estad atentos, si tenéis suerte puede que os cuenten la historia de alguien invisible... Sin embargo, seréis tremendamente afortunados si, en vez de eso, oís vuestra propia historia.

12 comentarios:

eLiSaBeT dijo...

cuanto desencanto y cuanto desamor... espero que mis gotas de lluvia me susurren historias más bonitas.
Tus metáforas me gustan mucho, nunca antes había visto unas construidas como las construyes tú, y tus comparaciones ("esnifando nostalgia"), me han tocado el alma.

(gracias por lanzarle ese piropo a Pol, está muy bueno, y no me canso de decírselo, pero... es que Lola es tan mona!! tan adorable!!no me extraña que te decantes por ella)

franco dijo...

Dicen que la lluvia lava y lleva las penas lejo, que purifica, que e scomo una especie de catarsis....no lo se, pero de que produce la contemplación y la nostalgia no hay duda alguna... no se si recuerdas la cinta Magnolia.. en la que en vez de gotas las que caen del cielo son sapos o ranas... eso si era un bizarra forma de catarsis que vivian 9 historias que se cruzaban maravillosamente, como en la vida.
Saludos desde Chile y espero seguir leyendote...
Franco

latoledo dijo...

Hoy llueve en mi rinconcito geográfico y voy a estar atenta para escuchar lo que tienen para decirme
Besos muchos

Johnymepeino dijo...

Pues prepárate conmigo a vivir una navidad a tope. No conozco otra cosa que la Navidad. El resto del año son tres meses de recordar lo bueno de lo vivido y desde Julio preparandome para la próxima Ja,ja,ja...

Anónimo dijo...

¡Qué post más bonito! Me ha gustado lo de la oreja, es verdad que a veces pequeñas sensaciones pueden llegar a tener tanta fuerza como un atropello o un disparo a quemarropa en el corazón. Me quedo pensando.

Karl Andrews dijo...

Nunca le habia prestado tanta atencion a las gotas de lluvia hasta ahora, ya que cuando llueve rara vez salgo...soy flojo que te puedo decir!...

Excelente reflexion!
Karl

Anónimo dijo...

¿La lluvia ácida hace el mismo efecto? (lo digo para los que vivimos en urbes irrespirables).

Perdona que haya roto la magia. Hoy estoy un poco guerrero, un poco histérico para variar.

Realmente si los recuerdos nos conforman. Ahora está de moda el "aquí y el ahora". Y olvidarse del pasado. Hay una devaluación de la carrera de historia la gente dice "hay que olvidar". Yo si me digo "quiero olvidar" no olvido. Y no porque sea más idiota que los demás si no porque, al contrario de lo que se suela decir, no soy dueño y señor de todos mis actos, por lo menos no de forma consciente.

A mí me encantaría que alguien me relatara algo tan bonito como lo que has puesto aquí. Leí de nuevo tu nick del blog "para, creo que voy a vomitar". Pues con este relato vas a conseguir que haya gente que sienta mariposas en su estómago. Y no lo digo en plan cursi.

un abrazo

paseillo dijo...

Hola, soy Akira, si, el de la Vida Perra. Como soy un perro, no entiendo muy bien lo que escribes, pero le he dicho a mi amo que por favor me lo lea y luego me lo explique. Aunque no se yo si...¡¡¡

Pero te tengo en mis favoritos de las bitacoras de mi dueño. Un saludo, Guauu.

Anónimo dijo...

A ver vengo para darte mi respuesta sobre lo de las "gotas de pipí después de hacer pipí". Te explico mi teoría ¿Vale? Mi teoría es que cuando uno va al baño se baja el calzoncillo que queda a la altura de los testículos o más o menos por debajo. Entonces el calzoncillo allí hace presión. Tu haces pipí pero la última orina al quedar aprisionada solo se suelta una vez te has subido el calzoncillo con lo cuál coges un cabreo de la hostia.

No sé si compartirás esta teoría. Yo pensaba que tenía la bufeta fatal. Y a veces fantaseo con el futuro... y pienso ¡¡Dios mio si ahora me meo encima cuando sea mayor no quiero ni saberlo!

Kunuca dijo...

Espero que si a vos un dia de estos te llega mi historia en esos dias de lluvia, me dediques un abrazo donde quieras que estes...
besos, me gustò yu blog.

Anónimo dijo...

UUUfff....los recuerdos....si, a veces una simple gota de lluvia te hace recordar. Hoy por hoy, los recuerdos de un amor reciente me hacen daño, quizas sea por eso q no hay dia q no recuerde, llueva o haga sol...

Quizas algun dia esos recuerdos pongan una sonrisa en mi cara, o quizás sean simplemente eso...recuerdos.

Hermosa historia campeon.
1 besote

Anónimo dijo...

.

Ay, qué cosas tan bonitas te cuentan las gotas de lluvia. Si es que voy muy distraído siempre. A partir de ahora, cuando llueva, pensaré en tus palabras y trataré de prestar más atención.

Un beso.