Saboreo un café en la oscuridad de mi habitación -no sé por qué pero sabe mejor que con luz-. Le doy vueltas lentamente con una cucharilla emulando algo que he sabido hacer muy bien en mi vida; ir en círculos una y otra vez.
De fondo suena Pinknruby y, mientras, observo cómo el antivirus chequea mi ordenador de arriba abajo, carpeta a carpeta…. Es curioso, me quedo pensando y decido hacer lo mismo con mi vida en este último año. Mes a mes. Chequearla. Y me doy cuenta que se ha cumplido todo (o casi todo) lo que me propuse cuando en diciembre del año pasado decidí dar el paso de salir de mi ciudad e irme a otra. Totalmente perdido en medio de una densa niebla y sin saber qué iba a pasar.
No ha ocurrido nada por arte de magia ni de un día para otro, sino con esfuerzo, paciencia y un poco de ayuda… Este año me ha demostrado que la vida puede cambiar si te mueves, dejando atrás la huella de tu cómodo sofá, enfrentándote a algo que no sabes cómo va a resultar y echándole huevos revueltos con ganas, ilusiones y una pizca de miedo, para qué engañarnos…Puede que no sea una receta universal, pero debería serlo.
Y el antivirus termina y detecta un spyware, y supongo que sí, que habrá alguno de esos en mi vida…, pero creo que le van a dar mucho por culo. El por culo más grande del mundo, mira lo que te digo.
Así que arriba niños, que llega un nuevo año y puede que este SÍ que sea diferente. Lo deseo de verdad.
Abrazos.