miércoles, julio 25, 2007

Ahora sí.


Antes no, ahora sí.

Será durante el mes que viene cuando el papel de mi libreta absorba de nuevo mis vómitos estivales ya que estaré desconectado de todo un tiempecito.

Me gusta la sensación de revolcarme en folios de vez en cuando. Llenarme de tinta la espalda, hacer un 69 con la M, correrme dentro de la O, acariciar el rabo de la Ñ, ponerme de lunar el punto de la I, peinarme con la E y susurrar secretos en la barriga de la D.

Retomaré hábitos y desecharé otros. Remarcaré líneas y borraré otras. Recubriré mi cuerpo de salitre y con la arena rascaré mis negatividades. Reinventaré castillos de arena y los destruiré en las noches de estrellas impares. Reimplantaré estupidez a lo serio y seriedad a lo estúpido.... O al menos intentaré todo eso.

Cierro la puerta durante una temporadita..., pero dejaré la llave puesta.

Feliz verano, niños.

Ahora sí.

domingo, julio 15, 2007

Recta final.


Dos semanas me quedan para irme de vacaciones (no pagadas) y cuento los días en un ábaco cuyas cuentas pesan demasiado para mí.

Me voy porque quiero bañarme en la playa para ver si mis frustraciones se diluyen o se van en bandada en busca de alguien que sirva de carnaza más que yo.

Me voy porque me apetece fumar porros en una cala nudista y que mis preocupaciones se me escapen por la boca en forma de humo.

Y sí, quiero hacer circulitos humeantes con mis pensamientos y deshacerlos con el dedo hasta que desaparezcan junto con mi conciencia... Ya volverán. Saben el camino de vuelta.

Y sí, acepto “pensar” como animal de compañía, pero este verano, por muy mal que esté, lo dejaría abandonado con mucho gusto para que me dejara en paz aunque sólo sea unos cuantos días. Sin embargo creo que va a ser imposible.

Mi estancia aquí no ha sido todo lo que yo esperaba..., demasiada tonalidad gris. Quizá le debería sacar punta a mis lápices de color este verano. Quizá debería sacar a pasear más a menudo al animal de compañía del que hablaba antes..., pero me da miedo que cague algunos pensamientos que no quiero recoger.

Y sin más, suspiro.

Y sin más, me sumerjo en mí.

lunes, julio 09, 2007

En Arcos de las Salinas.

Arcos de las Salinas (Teruel)

Es curioso eso de llegar a un sitio y no tener cobertura... Es tan fácil como desconectar el móvil y perder casi de inmediato la noción del tiempo junto con la sempiterna sensación de estrés urbano. Apagas el móvil, apagas la vida.

Es extraño como a la hora de dormir el silencio se hace silencio de tal forma que uno cree haber muerto..., o mejor dicho, que el resto del mundo ha muerto y que sólo la luz que entra por el resquicio de la ventana ha sobrevivido a la bomba atómica de ese silencio con denominación de origen.

Y me rodean conversaciones sobre el infinito pero yo callo... Callo dentro de mi mundo finito y cerrando levemente los párpados de mis ojos finitos me agarro a él para no caerme mientras cuento las estrellas que se han quedado clavadas en mi mente y que aún tintinean por mi cabeza.

Sin embargo llega el momento en que necesitas un chute de pasos de cebra, sonidos de metro, el olor del asfalto quemado por el sol, el ascensor que baja y vomita gente, la vida que circula a 90 por hora en ciudad, etc.

Y es que al final va a tener razón el libro que me estoy leyendo y que dice que somos unos silenciófobos y unos ruidoadictos..., con miedo de que el silencio nos pueda susurrar al oìdo (siempre verdades) o quizá temiendo que nosotros mismos nos convirtamos en silencio y acabemos desapareciendo al doblar una simple esquina.