sábado, junio 30, 2007

Exoesqueleto.


Hoy me da por describir el exoesqueleto de mis días. Lo de fuera. De mis días.

He empezado a currar por las mañanas en un sitio nuevo. De mis tres compañeros uno de ellos es gay, muy gay... Tan gay que cuando lo vi bajar por las escaleras me recordó a un cervatillo feliz o quizá a campanilla yendo de nenúfar en nenúfar. Su pelo es indescriptible, con el flequillo liso y peinado al más puro estilo lametón de vaca que, inmediatamente, le sube en forma de cresta “tiburonera” y le hace ser el escualo más peligroso del asfalto.

Por el contrario, en mi curro de la tarde hay nueva becaria que es igualita a Mortadelo…, no sólo de cara sino por la ropa que lleva, que parece que vaya disfrazada. Combinaciones imposibles, estilos inclasificables, look al más puro estilo oligofrénico. Un cuadro.

Lo del metro en estas fechas no tiene nombre…, bueno sí, “peste a sobaco”. Es increíble, infrahumano, narcotizante, implacable. Las moscas caen fulminadas y poco falta para que lo haga yo también. Delante de mí se sienta una señora con cara de mala (a veces es inevitable pensar en ese tipo de cosas), con semblante de hija de puta y las pestañas colmadas en rimmel. Y la miro y pienso que es su maldad la que se concentra en las pestañas en forma de pegotones y grumos y que quizá sea la persona más buena del mundo, pero sus pestañas dicen lo contrario.

Y el jueves Aterciopelados en concierto. Me fascinó. La cantante iba vestida de mamá noela cósmica con chanclas de mercadillo (ver foto) y en plan telepredicadora nos dijo que todas las mujeres son mamás kármicas, que basta de barbies y de silicona, que las mujeres tienen que escuchar, comprender y ayudar…. Un pelín machista ella, pero con una voz y un directo increíble.

También en el metro noto que un cura me mira de reojo durante todo el trayecto y termino mosqueadísimo. Sólo al final descubro que es estrábico... Tiene cojones.

Otro día describo el endoesqueleto de mis días. Lo de dentro. De mis días. Hoy no me apetece.

Aterciopelados - Complemento

domingo, junio 24, 2007

Pensamientos como brasas.

La espátula de mi presente va quitando poco a poco las capas de mi paciencia y las va poniendo en un bote que cierra, precinta y tira al mar... Por eso nunca busco mensajes en una botella sino botes que puedan contener mi paciencia perdida.

Estoy seguro que cualquier día esa espátula va a terminar quitando trocitos de mí después de estallar... Uno aquí, uno allá, por todos los rincones de esta habitación a la que estoy empezando a tomar manía.

Hay alguien enfrente de mí que me sonríe... No logro descifrar su mueca, pero no me gusta.

-Te quitaron puntos por conducir tu vida demasiado despacio -me dice muy bajito.

Y me escupe, y busco mi paciencia entre su saliva, pero no está.

-Odias los finales felices, ¿verdad?..., ¿entonces por qué coño buscas uno?-me dice enseñando los dientes-. Debes saber que las paradojas nunca suelen sonreírte, y si lo hacen es para burlarse de ti.

Sus palabras crepitan dentro de mí como lo hacen las brasas en una hoguera de San Juan... Y me doy cuenta que sólo consigo arder por dentro y que por eso mi paciencia está a punto de morir achicharrada.

Necesito un oasis y creo saber dónde encontrarlo... O no.

sábado, junio 16, 2007

Huelga de grises.

Es lo que tiene inspirarse en los momentos más bajos, que parece que uno esté todo el día amargado o llorando por los rincones como la zarzamora. Pues no, oiga, ni mucho menos.

Es irremediable e inmediato, cuando estoy “mal” sólo quiero escribir y es ahí cuando me salen esos post en forma de vómito (como los dos anteriores), esos en los que parece que esté en medio del desierto recogiendo arena para mi reloj y guardando por si se me gasta.

Esto es evasión, inspiración y tristeza mezclada en un mismo bol, pero siempre acabo poniéndole otros ingredientes a mi vida real, me obligo a hacerlo... Lo que escribo aquí son retazos de una vida, y qué casualidad que los trozos que más me gusta escribir (o los que mejor me salen) son los más oscuros y deprimentes..., aunque no son los únicos, sino menuda agonía.

Y es que tenía en la recámara otro post de los “cortavenas”, pero no me da la gana, me niego, me pongo en huelga de colores grises.

Y aunque no tenga nada que ver, me apetecería entrar a un garito y escuchar todas mis canciones seguidas, una detrás de otra, emborracharme y que se me desgastaran las rodillas de bailar..., sólo de bailar, malpensados.

Y creo que entro, bailo, ardo y muero... Que sí.

Stonebridge - Put em high

viernes, junio 08, 2007

Ahí fuera.


Los sonidos que vienen de la calle me atropellan...; niños jugando en el patio del colegio, campanadas electrónicas provenientes de la iglesia, el soniquete del metro que está a punto de pasar..., y yo doblando las bragas recién lavadas de mi compañera de piso mientras soy atropellado por la vida que fluye ahí fuera.

Me da en el pecho, se choca contra mí y yo casi ni lo noto..., sigo doblando, sigo escuchando a Sol Seppy, sigo sentado en la mesa, sigo como si nada a pesar de que el fluir de la vida acaba de impactar conmigo, dejándome empapado de pies a cabeza.

Las tangas se enredan en mis manos igual que mis sueños. Intento doblarlos, pero no quedan bien... Son demasiado endebles, son demasiado débiles... ¿Las tangas o mis sueños?

Da igual. Escucho cómo la vida hace los coros a Sol Seppy y no sé si es buena combinación. Demasiado triste. Noto cómo las teclas negras del piano invaden a las blancas..., y las invasiones nunca fueron buenas, así que me levanto, cierro la ventana del balcón e impido que los sonidos sigan irrumpiendo en mi rectángulo vital.

Voy a ducharme...

Voy a ducharme e intentar descubrir si la vida también se escucha por el agujero del desagüe. En ese caso pondré un tapón.

Sol Seppy - Love´s a boy

domingo, junio 03, 2007

Me canso.


Me canso.


Me canso y me gustaría criogenizarme hasta que desapareciera esta sensación.


Me canso y me encantaría notar cómo las preguntas acarician mi espalda igual que si pasara a ras de un campo de espigas volando al estilo mariposa y no como por una plantación de cactus.


Me canso y quisiera exfoliarme la impaciencia para quitarle el “im” de tanto frotar y frotar.


Me canso y es casi una emergencia, por eso cuando voy en el metro me quedo mirando el cartel que pone “En caso de emergencia tire de la anilla” y me dan ganas de tirar fuerte a ver qué pasa...


Me canso y tiraría la toalla para que la lavadora de las certezas me la pudiera devolver completamente limpia..., como en un anuncio de la vida perfecta, como ese que siempre esperamos protagonizar y nunca lo hacemos.