Me llama la atención los suelos abombados que, a veces, me encuentro por ahí y que parece como si fueran a estallar de un momento a otro. Entonces coges y te miras los pies e, inmediatamente, ves el suelo deformado mientras te preguntas qué habrá debajo. Y caes en la cuenta de que al lado hay un árbol de considerables dimensiones y que debes estar encima de sus enormes raíces que parecen pugnar por salir.
Eso me hace pensar que a las personas nos pasa lo mismo, que en ocasiones se nos acumulan cosas por dentro, nos crecen las raíces y nos deforman por fuera, nos alteran, no somos nosotros mismos con todo eso ahí metido sin posibilidad de salir, creciendo día a día, a punto de explotar, luchando por ver la luz, asfixiados en busca de oxígeno, teniendo cada vez menos espacio por dentro.
Y otro día pasas por al lado de una inmensa playa y observas a un matrimonio mayor sentados en la arena mientras miran el mar en silencio, sin tocarse. E imaginas sus raíces por debajo de la arena, las del uno enroscado en las del otro. Y caes en la cuenta de que cuando estás con una pareja mucho tiempo la cosa es así, miras hacia a un mismo mar mientras las raíces, por dentro, van entrelazándose poco a poco, como si fueran dos manos. Hasta que encajen. Oxigenándose entre sí. Mirando hacia el mar.... Así.
Audio: Yann Tiersen & Shannon Wright - Pale White