lunes, julio 10, 2006

He vuelto..., pero me voy.


Creo que los blogs necesitan tanto las vacaciones como las personas. Los blogs sudan, necesitan respirar, se cansan, piden desconectar del todo y de todo, quieren nadar en el mar de las palabras perdidas al menos durante una temporada, juegan con una colchoneta hecha de párrafos que se inflan y se desinflan, se echan protector del 20 para que el rabo de la eñe no se queme…Yo escucho al mío y le hago caso, así que hasta dentro de un tiempo mi blog será únicamente mi cabeza (como lo ha sido durante tantos años) puesto que donde voy no tengo internet en casa.

Como despedida había pensado colgar un podcast con mi voz deseándoos “feliceh vacacioneh a todoh”, así, con mi acento, o colgar una canción veraniega a ritmo de bosanova, pero yo soy yo y necesito despedirme con una arcada. Sólo espero volver igual, aunque más moreno, claro. Últimamente me he parado a dar vueltas sobre el sentido de mi blog y los objetivos por lo que lo creé y, a veces, me da por pensar que no debería haber salido nunca de su casa, es decir, de mi cabeza, aunque supongo que eso nos ha pasado a todos, ¿no? Este verano tendré tiempo para pensar y ver si saco alguna conclusión.

Pasadlo bien, chic@s. He disfrutado mucho leyéndoos y aunque me vaya cargado de libros a mi lugar de veraneo echaré de menos lo que contáis, vuestras historias, porque, al fin y al cabo, ¿qué es un ser humano sin una historia? Nada…, supongo que un blog en blanco, casi tan blanco como la espuma del mar o como la nube que estornuda sobre la gaviota que pasa y agradece esa saliva que le refresca tanto.

Ya paro…, paro porque creo que voy a vomitar :-)

¡Hasta pronto, gente! Sed buenos..., o no.