miércoles, mayo 30, 2007

El ataque de las gaviotas.

Este aparato pulula por mi casa... Tengo la hipótesis de que sólo sintoniza la Cadena Cope.

Pues sí, el pasado domingo me tocó ser presidente de una mesa electoral en mi querida Murcia, qué hermosa y pepera eres.

En un principio hasta me hizo ilusión, pero ésta se esfumó cuando supe que iba a ser el pringao que se tenía que quedar hasta las tantas, hacer el escrutinio, rellenar actas, guardar cola en el juzgado, etc. Lo que no me dijeron es que tendría que lidiar con gente gilipollas, pero eso pasa también en la vida diaria, así que…

Mis vocales (y no me refiero a "a,e,i,o,u") eran unas verdaderas joyas. El primero un chaval joven, futbolista, con las caderas y el culo de una brasileña embarazada y que se equivocaba al copiar los nombres aún teniendo el D.N.I. delante. El segundo era un señor diabético que se escaqueaba cada cierto tiempo para pincharse insulina, que tardaba una eternidad en buscar a las personas en el censo y que hacía la misma función que un jarrón del Ikea... Ante tal panorama tuve que sacar toda la paciencia que se puede tener un domingo a las 8 de la mañana y la envidia de ver como en la otra mesa se ayudaban los unos a los otros, como buenos cristianos electorales.

A parte de eso, y de tenerlo todo controlado, tuve que bregar con los interventores del PP que malmetían contra los del PSOE..., como si fueran unos críos, mismamente como si fueran los alumnos que habían hecho los dibujos que decoraban las paredes del colegio... Ahora resulta que la política no es ganar, sino ganar a costa de pisotear al contrario o joderlo, pero yo fui imparcial y no me dejé influenciar por nadie, y menos por alguien de un partido que está en contra de los matrimonios homosexuales. No soy yo muy político que digamos, pero por ahí no paso.

Conversaciones absurdas sobre Fernando Alonso, el culo de la votante número 145 y la diabetes del segundo vocal adornaron mi mesa durante 13 interminables horas…Y encima, al final, no nos cuadraban los votos por uno. Menos mal que el representante del ayuntamiento (que era maricón y me sonaba de haberlo visto por ahí) tuvo la brillante idea de que pusiéramos un voto en blanco para que cuadrara. “¿Todos de acuerdo?”, y se oyó al unísono... “¡SI!”. Y es que la gente tenía más ganas de irse que Rita Barberá de celebrar su victoria con una botella de vino y un coño.

En fin, una experiencia más que no quisiera repetir en lo que me queda de vida.

Ah, y para postre (nunca mejor dicho) un interventor del PP pasó una bandeja de dulces, me comí tres y aún sigo vivo. Qué extraño...

jueves, mayo 24, 2007

Ley de blogger.


¿Por qué todo el puto mundo termina diciendo “adiós” a su blog?

No descubro nada si digo que la vida son momentos que se unen a modo de bolas chinas, pero eso no quita para que sienta rabia cuando alguien con el que disfruto leyendo cierra una etapa a golpe de portazo y, junto a ella, su propio blog, dejándome con la nariz aplastada y tres palmos de la misma.

Lo que en un momento fue importante termina siendo un pasado rancio y sin sentido, un ramillete de letras que se diluye entre billones que ocupan la red..., esa es la sensación que me deja. Como cuando te comes una fruta demasiado verde y se te queda la boca rasposa..., es ese sabor desagradable que termina esfumándose cuando engulles algo dulce o bebes agua.

Aparece gente, se va otro tanto. Y me acuerdo de algunos con cariño y, a la vez, me cago en ellos y en los buenos momentos que me hicieron pasar. Esos mismos momentos que decidieron poner a secar en un cordel como si de un embutido se tratase..., supongo que, para que con el paso de los años, sepan mejor.

Y lo que más miedo me da es que algún día, tarde o temprano, terminaré haciendo lo mismo. Es inevitable. Es ley de blogger.

viernes, mayo 18, 2007

Escaleras ascendentes.

Y me doy cuenta de que la vida debería ser una escalera del metro de Valencia; ascendente y donde todos los obstáculos se tuvieran que poner por educación a la derecha y, así, dejarte libre el lado izquierdo para avanzar hacia arriba sin problemas..., hacia el sueño.

Y desde que estoy aquí me doy cuenta de que sueño con más intensidad... No sé si será esa la razón, pero él dice que duermo con el ceño fruncido. Quizá me duerma enfadado, pensativo o frunza el ceño ante la imposibilidad de fruncir todos mis sueños hasta sacarles el jugo y poder pegarles un trago hasta emborracharme con ellos.

Y sueño que en sus brazos me siento como si fluyera en líquido amniótico, que nuestro día a día es el cordón umbilical por el que me alimento sorbito a sorbito y la placenta es como el sombrero de nuestras coincidencias y señales. Hasta que finalmente me doy cuenta que no es un sueño.

Y avanzo un peldañito en la escalera del metro que es la vida... Ese metro dónde la gente se escruta las caras como si estuviesen jugando a polis y cacos, intentando encontrar al culpable..., sin darse cuenta que los culpables son ellos mismos.

Y no me queda otra que volver a dormir dejándome llevar lentamente por el sonido de escalera mecánica ascendente que es su respiración. Hacia arriba..., hasta allí.

sábado, mayo 12, 2007

El ObserCLAtori: la crónica.

Al final parí un fin de semana movidito… Con razón no paraba de darme patadas en la barriga durante toda la semana.



Me encantó conocer a Claradriel y poder “pekar” con ella. Apareció con un regalito (el de la foto) y con una inmensa sonrisa de colores (a juego con su ropa) que no desapareció en ningún momento. Su vitalidad, sus anécdotas, sus despistes y su autenticidad me cautivaron por completo. Un gustazo conocer a mí María de Medeiros valenciana. Y es que si yo fuese lesbiana o hetero (esto es más impensable) se iba a enterar…


Festival Observatori 2007

-¿Esa es Marge Simpson?

-No, es una moderna.

Bien podría ser ese el resumen del día 11 en el Festival Observatori 2007, pero como veo que queda muy poco musical especificaré un poco más.


Dorian - A cualquier otra parte

Los catalufos Dorian salieron a escena en el Palacio de las Artes y las Ciencias como si aquello se tratase de un desierto, porque no había ni Dios... Mientras se iba llenado, y con un sonido pop-electrónico más que pegadizo, los Dorian hicieron las delicias de los que allí estábamos coreando sus canciones y meneándonos modernilmente... En el el caso de que no te gustara su música ya estaba el cantante con su camiseta talla “S” para enseñar el caminito de pelos que bajaba del ombligo hacia su poppy-polla y, al mismo tiempo, también podías deleitarte con la moderna de la chistera de lentejuelas (véase la foto) que llevaba una guitarra de juguete, unas medias multicolor y, a la vez, hacía pompas de jabón (todo una showoman con ganas de protagonismo). El concierto fue corto pero bueno y divertido…, como un polvo con el cantante, vamos.


Jay-Jay Johanson - She doesn´t live here anymore

Lo primero que pensé al ver salir a Jay-Jay Johanson fue “Coño, no se parece tanto a Doña Rogelia como yo creía” y “A este le hace falta meterse entre pecho y espalda dos o tres paellas de conejo seguidas”.

Jay-Jay no se mueve en el escenario, es estático y algo soso…, lo que se mueve es su voz. Se te mete por el oído de inmediato y luego se va insertando por cada uno de los recovecos de tu cuerpo hasta que todo tú eres Jay-Jay.

Su música se fue apoderando de nosotros con un directo perfecto y sublime. Fue algo etéreo, casi como el propio Jay-Jay. Sin duda vimos a uno de los grandes..., anoréxico pero grande. Menuda paradoja.

jueves, mayo 10, 2007

Pura anécdota.

Burjasot ahora huele a vómito..., al menos a eso me olió el pasado domingo cuando regresé. Y lo más extraño es que me sentí como en casa, claro.

Este es un sitio bastante singular. Sin ir más lejos el otro día nos encontramos a un hombre de mediana edad tirado dentro del portal de nuestro edificio, sin poder moverse ni hablar y, sorprendentemente, sin olor a vino o a otra sustancia alcohólica que se preciara. Mi compi de piso (cual heroína lesbiana y en plan Xena total) se movilizó y llamó rápidamente al 112. La ambulancia tardó bastante poco, la policía menos aún, y la madre del sujeto apareció por allí tan tranquila mientras contaba que tenía una orden de alejamiento para que su hijo no se acercara a ella a menos de 50 metros... Aún no sabemos si hicimos bien en ayudar a semejante elemento.

Mis compis de curro no son de burjasot, pero también son singulares... Hay un chico que suele llevar la misma ropa durante tres días seguidos, con barba, poco pelo, ojos ratoniles y que, según me han contado, en vez de bajar en el descanso se queda mirando la pantalla del ordenador durante diez minutos..., y yo me pregunto si es que la niña de Poltergeist le habla al otro lado de la pantalla, porque sino no me lo explico. Lleva las uñas asquerosamente largas, me recuerdan mucho a las de Drácula de Coppola, sin embargo, lo más chocante, es que tiene unas manos bonitas, finas, ágiles y algo hipnotizantes…, debe ser por culpa de la asociación que hago con Drácula y mi pasión por ese personaje histórico. El otro día, sin venir a cuento, dijo “tengo la intuición de que la próxima llamada va a ser una mujer y me va a contestar la encuesta”, y efectivamente pasó eso... Tengo miedo. Esta tarde miro a ver si tiene sombra.

Y mañana me voy al festival Observatori 2007. En un principio los organizadores dieron por hecho que actuaría Patrick Wolf y lo pusieron en todos los carteles anunciándolo a bombo y platillo. Y ahí que fui yo cual correcaminos a punto de darle una angina de pecho a comprar la entrada, hasta que, pocos días después, me enteré que Patrick no estaba confirmado y que, finalmente, no iba a actuar. Cabrones, ¡eso no se le hace a todos los modernos y maricas de españa! Pero bueno, siempre quedará Jay Jay Johanson y mis recién descubiertos y adorados Dorian.

Por cierto, doy las gracias desde aquí a Borjamari por hacer una crítica de este blog y del menda que lo escribe. Debo confesar que no sabía la existencia de su blog y que fue gracias a Sansara que me avisó. Es extrañísimo que opinen de ti y, si digo la verdad, cuando terminé de leerlo tuve sentimientos encontrados, pero no deja de ser curioso y, en bastante medida, reconfortante que hablen de uno en esos términos (teniendo en cuenta la caña que le da a la gente) y sobre todo después de un post como éste, totalmente insustancial y que es pura anécdota. Sin más.

martes, mayo 01, 2007

Retazos de vidas que no me pertenecen.


Y en la estación de autobuses (fuente de inspiración continua para unos ojos como los míos) observo como un chico hace malabarismos con un yoyó para impresionar a su amiga que, desde la ventana del bus, lo mira divertida tras haberse despedido con un par de fríos besos. Y deduzco que lo que él quiere es hacer malabarismos con sus sentimientos y decirle que la ama, pero no es lo suficientemente valiente para hacerlo. Sólo se atreve a comunicárselo a través del yoyó. Y hace la figura del perro para decirle que no le importaría que lo tratara como a uno de ellos, y le enseña como se hace el puente para intentar construir uno hacia su vida y caminar por él sin miedo a caerse, y le muestra con gran destreza cómo se hace un triángulo pensando que podría ser perfectamente su pubis mientras el yoyó entra y sale, y finalmente hace la figura de la Torre Eiffel para poder viajar con ella a París aunque sea a través de los hilos de su ajado yoyó. Es lo único que le queda… Ella, sin embargo, ríe medio desganada deseando llegar a casa.

Y en el trabajo una de mis compis nos cuenta como se encontró con una travesti brasileña de dos metros de altura en un local de mala muerte y que, poco después de conocerla, lo primero que hizo fue enseñarle cómo podía echar leche por las tetas, demostrando lo que pueden hacer las hormonas. Después se la llevaron a casa y confesó que era puta y que quería tocarle el culito a su compañero de piso… Yo, sin embargo, me imaginé a ese chico acurrucado en el regazo de la travelo mientras ésta le daba de mamar y le acariciaba el pelo canturreándole una canción brasileña. Me pareció una imagen muy tierna. Casi religiosa.

Y el mismo día otra compi de trabajo llega dos horas tarde con la cara desencajada y nos cuenta que los bultitos que tenía su novio de 21 años en el cuello es cáncer. Y entonces la empatía se apodera de mí y me hundo un poquito con ella…, no puedo evitarlo. Y no entiendo bien por qué pasan las cosas, con qué fin. Y me cae encima la plancha del egoísmo. Y lo único que quiero es llegar a casa para comprobar que él está allí haciendo la cena, poder respirar tranquilo y decirle mientras duerme que no se muera nunca.

Y mis ojos lo miran todo extrañado. Al yoyó enamorado adoptando diferentes figuras, a la travesti dando de mamar a aquel chico y a mi compañera de ojos rojos que se fuma un porro mientras piensa que es la vida la que se está fumando, poco a poco, la vida de su novio.