Viajar en avión hacia Ginebra ha sido una experiencia nueva y nada traumática para mí…, al menos tenía su pierna para apretarla en el momento del despegue que fue justo cuando mis gónadas se subieron un poco a mi garganta para volver a bajar a su sitio y tocar tierra dos horas después. No fue nada grave, pero qué felices se pusieron, oye.
Pues sí, Ginebra is different… ¿o lo es Spain? El caso es que Ginebra no es una ciudad que te deslumbre o te impresione enormemente sino que te va conquistando desde el primer momento que vislumbras a través de la ventanilla del avión esas preciosas vistas aéreas en toda su extensión, también por su tranquilidad, sus inmensos parques verdes, la variedad de gente que camina por las calles, la educación de todo el mundo ("merci", "bonjour" y "s´il vous plaît" son palabras que tienes que tener constantemente en la boca), por el silencio que destila el asfalto al pisarlo, los paisajes urbanos tan diferentes a los españoles y la sensación de que allí se aprovecha más el tiempo y la vida que aquí.
No se puede contar un viaje de casi cinco días en pocas líneas, es imposible. Pero me quedo con muchísimas cosas que, me temo, no voy a poder enumerar en su totalidad… Está:
- Tu entusiasmo por enseñarme y ofrecerme parte de ti a través de sitios y lugares.
- La mañana que pillamos unas bicis gratis para dar una vuelta por el jardín botánico y dónde casi me la roban por un despiste mío... Menuda bronca me llevé y cómo pasé de ella porque no quise que nadie me rompiera la paz de hacer fotos a parques indescriptiblemente bonitos.
- El acercamiento a personas de nuestro grupo que creía que nunca me iba a acercar y el alejamiento total de una chica del mismo grupo que era una mazamorra de cuidado y que sobraba de Ginebra y, si me apuras, del mundo.
- Tu ayuda a la hora de traducir y pedir las cosas por mí…, me percaté de que no lo hiciste con todos. Y no, no hace falta que lo dijera M., pero es curioso cómo se dio cuenta de lo mucho que cuidas de mí y de la enorme verdad que es.
- La china “mórbida” que nos atendió en aquel restaurante y que nos puso un té made in “aguachirri”.
- Tu cara y tus ojos emocionados al retrotraerte en el tiempo y volver a ser el niño que jugaba en el patio de la escuela o iba al Museo de las Ciencias a soñar que se quedaba encerrado en él y era totalmente feliz rodeado de aquel olor y aquellos animales disecados y minerales.
- Tu honradez al sacar los billetes de metro y autobús pese a saber que el revisor nunca pasa para comprobarlos pudiendo habernos colado sin ningún problema y comprobar, como realmente comprobamos, que a los ginebrinos también les huele el sobaco.
- El cactus con forma de polla.
- Tu cara dando vueltas en aquella atracción del parque infantil mientras te grababa en vídeo.
- Aquel supermercado cutre y su dependienta llamada Marika.
- Los abrazos y besos furtivos que dejamos allí.
- Ese director de cine mexicano que conocimos y que nos mintió diciendo que su peli fue nominada a los Oscar como mejor película extranjera… Que no, que lo he buscado y era to mentira.
- La maricona rara del hostal a la que criticamos estando a su lado por ser sumamente rancio y maleducado y luego descubrir que hablaba español a la perfección. Ups!
- Los ñoquis con gorgonzola que me hicieron estar eructando una tarde entera.
- Tu decepción al darte cuenta que las cosas cambian con el paso de los años y no era todo exactamente igual a como lo era antes.
- La rotura del taco de mi maleta quedándose totalmente coja frente a tu mirada divertida y mi grito de: “¡¡Yo sabía que no me podía ir de aquí completamente feliz!!”… Mentira, sí que me fui así…, melancólicamente feliz.
- Tantas cosas y sensaciones que permanecerán aquí dentro y que se mezclarán como las cartas de una baraja junto con otros recuerdos felices que voy tejiendo gracias a ti para formar un póker de ases o una escalera de color... (obviamente rojo)
Y, sobre todo, con esa frase que dijiste al volver de Ginebra en el avión… “Te voy a echar de menos"... Yo también, te lo puedo asegurar.
20 comentarios:
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Ay, qué bonito. Cuántos sentimientos reunidos en estas palabras que siento que no son para mí, así que no comentaré más.
(Qué jartá de reír...)
Un beso.
Sí que parece que lo hayas disfrutado, y me alegro mucho.
Qué estupendo es viajar en buena compañía!!
Un beso.
Qué viaje... y a un lugar lleno de parques...
Sólo decirte que he entrado a leerte porque pensaba que te conocía. Los grupos que escuchas, y sobretodo El Hombre que se Enamoró de la Luna. Nunca se me olvidará ese libro.
No tiene nada q ver con tu post, pero quería decírtelo.
Un saludo.
La dependienta del Superette llamada Marika parece escapada de una peli de Almodóvar. Me pasa a mí y me tiran a la calle del ataque de risa (habría estado preguntando por todos los productos llamandola por su nombre una hora seguida ja, ja, ja).
Y el tío moña del hotel, amos..., nene, que si hablaba también entendía. No eso no, el español :D . Terrible ¿no?. Del resto no te digo nada porque hace añosss que nadie pasa ni por mi cuerpo ni por mi vida. ¡Enhorabuena a los dos!.
Ginebra siempre será vuestro país...
Ha falatado el canto de un duro para que me hicieras llorar. Se os ve tan enamorados que encajarías a la perfección en un videoclip de Najwa Nimri :) Un beso enorme, guapísimo.
ay, que salao eres aunque seas tan inmensamente cursi... besitos.
Chico, qué bonito y de cursi nada. Me ha encantado. Qué suerte acordarte de tantos detalles...Yo, en fin, ya sabes, el Alzheimer en personas de cierta edad causa estragos. Yo estuve en Zurich (lo digo por lo del silencio) y me dio un poco de miedo eso de ver a la gente por la calle, a los coches y tal y ni una mosca, oyes.
Hazte un cuento, no seas mazamorro...hazte una historia con tu viaje. Está lleno de detalles literarios (como el cactus con forma de polla)
Parece que has hecho un monton de cosas en muy poco tiempo, me alegro de que suenes tan enamorado, es genial tener a alguien que te haga sentir lo que te hace sentir esa persona...se muy feliz guapo, que ya nos toca..
Abrazote,
Gris
el próximo viaje... al Caribe, más exótico, más... ehmmm... caluroso?
:)
Joder, a veces la vida se tuerce, se nos nubla la visión, no nos llega el agua al cuello... y todo eso nos impide ver que la vida es cojonuda, que tiene momentos, situaciones, personas, vivencias... increíbles, que nos están esperando a la vuelta de la esquina y que debemos estar atentos para saber apreciarlas... Enhorabuena por tú viaje, me das muuuuuucha envidia y no, no hay sábanas más dulces que las de la piel.
Un beso
Hay viajes físicos que se convierten en psíquicos y nos cambian la vida.
je! qué bueno, me alegra tanto ese viaje, esas sensaciones...hemos viajado un poco todos desde aquí, también, 'para...'
unas tías mías vivieron allí unos años y siempre he oído cosas buenas de Ginebra
entonces se confirma! :-D
va el abrazo
Polaroids...
(Qué guai!!!)
vaya lo habeis pasado en grande, y la verdad es que me he reido un montón con tu anecdotario trotamundero. ¡que sigan los viajes!
besos y abrazos
con este post solo se puede estar alegre de sentirte feliz.
(Bueno y reirte un montón con la marika jajajajja y el que sabía español y la pata de la maleta jajajaja)
Bienvenido de nuevo, besosss
la canción se llama corcovado
el disco Astrud Gilberto For Lovers (acertaste)
Vaya, seguimos con la mazamorra.
Me gustan tus retratos a retazos de ocasiones especiales.
Que sean muchos, querida y malerrima criticona romantica (me creo la contradiccion...)
todo eso te produce la ingestión de ginebra?
y, por cierto, era de la buena o era de garrafón?
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