lunes, diciembre 26, 2005

Palabras dentro de un cajón.



-Hola, buenos días. ¿Puedo informarle sobre la tarjeta visa de…?

-No, no puede.

Hay que ver cómo aprovechan los días de compras navideñas para endiñarte cualquier cosa en los centros comerciales, coño. Sigo andando, me mezclo con la vorágine de gente y nos sumergimos todos en la búsqueda del regalo perfecto. Somos tiburones en un acuario, tiburones mansos dispuestos a picar por alguna jugosa carnada.

Veo a un amigo y, tras una corta charla, quedo con él para tomar un café. Se va de aquel lugar quitándose el anzuelo sangrante de la boca. Yo me voy minutos después quitándome el mío.

Por la tarde quedamos cerca de una cafetería conocida y nos sentamos en la parte de arriba, al lado de unos armarios de cristaleras con objetos muy “retro” dentro. Me llama la atención la máquina de escribir, muy parecida a la que tuve cuando era un crío.

Conversamos sobre su ex y el hecho de que cada vez le cuesta menos superar el recibir alguna llamada o encontrárselo por la calle. Su tiempo de recuperación ha pasado de días a minutos. Me siento orgulloso por él, me gustan las personas fuertes que superan sus fantasmas a golpe de ponerse una máscara para asustarlos y, cuando están ya lejos, no hay más que volvérsela a quitar para poder secarse bien las lágrimas.

En un momento de la conversación me da por abrir uno de los pequeños cajones del armario que está pegado junto a nosotros.

-¿Qué es esto?... Aquí hay notas.

Sí, eran notas. Empezamos a sacar papeles escritos, había como unos 6 o 7. Poesías, pensamientos, intentos de frases inteligentes, algún mensaje absurdo de “homosexual busca sexo. Llama a este número”, etc. De pronto una idea en mi cabeza.

-¿Por qué no escribimos algo?

La sempiterna libreta dentro de mi mochila da a luz una hoja de papel. Empezamos a escribir una absurda introducción… Díos mío, esto, como mínimo, tiene que superar la nota del gay que busca que le encalomen medio kilo… Vale, ya está. Escribo.

Hemos descubierto que la vida es como un mueble lleno de cajones, nunca sabes lo que puede haber dentro… Sigamos llenando esto de vidas

-¿No habrá quedao muy Sánchez Dragó?

-Firmemos como “las Kingkonas” y compensamos, ¿no?

Justo en ese momento leo una frase de una nota que había pasado desapercibida.

“No hay nada más triste que un recuerdo feliz”

Pienso que es una solemne gilipollez. No hay nada más triste que un recuerdo triste, eso es de cajón, nunca mejor dicho... Instantáneamente caigo en la cuenta de que esa frase puede ser total y enteramente cierta. No hay nada más triste que un recuerdo feliz pasado revoloteando en un presente que, a veces, te deja el alma como si le hubieran pasado una lija por encima.

No sé quién dijo eso ni quién lo escribió en la nota, sólo sé que es una de esas frases con la que no quiero estar de acuerdo y que zigzaguea como una anguila por las circunvoluciones de mi cerebro dejando una estela viscosa de desasosiego que llega hasta dentro y ante la cual me tengo que rendir. La mastico lentamente, me la trago e intentar no vomitarla.

Una voz me empuja fuera de mis pensamientos. No sé si es la mía propia o la de mi amigo.

-Nene, ¿qué te pasa?

-Nada, creo... ¿Kingkonas entonces?

-Sí, con K.

-…


Audio: Maximilian Hecker – Kate Moss

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin! El primero en comentarte! ¿Qué cafeteria será esa?
Hiciste bien en abrir aquel cajón y en mirar todo lo que hubiera dentro al menos sólo por encontrar esa frase.
Espero que al menos no fuera copiada o lo que es peor, regurgitada por algún pseudo listillo tras haberla leido en algún cartel de una bebida alcoholica.
Como dice "La casa azul"; "los recuerdos sólo sirven para establecer ratios de felicidad y poderlos comparar"

pedro dijo...

En un rincón, en un papel y en un cajón...

Las pequeñas cosas de Serrat, las habéis descubierto vosotrros en el mueble que, en lugar de llevaros a Narnia, os ha llevado a una realidad más cercana pero más trascendente, incluida la nota del que busca ser calzado...

Te he descubierto hoy. Te iré leyendo poco a poco.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

.

Vaya con la frase. Lo único que me faltaba ya es que hasta los recuerdos felices sean ahora tristes.

Yo cierro el blog.

Un beso.

P.D.: si es que además de escribir estupendamente escoges unas fotos maravillosas.

paseillo dijo...

Cierto. No hay nada mas triste que un recuerdo feliz,.. cuando ya no se es feliz.

El "jefe" de Akira.
(Hoy mancho la tapiceria en lugar del perro, .. esta indigesto¡)

Alumnedelmon dijo...

Para mí paseillo ha dado en el clavo. Cuando uno NO es feliz, los recuerdos alegres provocan tristeza.

Me ha encantado leerte. Como siempre.

Alumnedelmon dijo...

uy! gracias por el link!!! ;)))))))

Deckard dijo...

Bueno... yo también creo que es cierto, pero siempre enmarcado en un contexto definido y concreto.

En un momento de soledad, de tristeza, de angustia, lo peor que puede pasarte por la cabeza es un momento feliz o un buen recuerdo. Es ese momento el que hace comprenderte de que estas hecho una mierda y te hunde más aún.

Bueno... que tal los regalos?

gianis dijo...

hay tantas cosas bellas encerradas y olvidadas en un cajón... menos mal que tú vas descubriéndolas.

gracias por el link, es un placer estar en tu casa. cuándo recoges tu regalo?

Alumnedelmon dijo...

Tengo dos preguntas. ¿Te las mando por mail o las hago en público? En el primero de los casos, mándame tú un mail y te respondo, porque ya veo que no lo has colgado en el perfil.
Ya dirás algo. Ciaoooo

Ashavari dijo...

Digo yo que menudo servicio de mensajería no? Jjajjaj pero has descubierto que eres curioso... Ir abriendo cajones por ahí...

Simon Templar dijo...

Acorde con la brillante frase sobre la tristeza que has escrito, Lovecraft dijo: La satisfacción de un momento es la ruina del siguiente.
Por cierto, la frase del mueble más que recordarme a Drago, me recuerda a Forrest Gump!

Simon Templar dijo...

Chico, lo siento por ti. Si Ipa ya dice que deberiamos escribir en castellano por respeto para con los de fuera(caray cuantas preposiciones y articulos!), pero es que no me sale. Pienso en catalán, luego escribo. Los comentarios es otra cosa. Pero lo que llevo dentro! Si lo tradujese me sentiria alienado y no podria precisar lo que quiero decir de modo justo. Véte pasando por mi pequeño país de todos modos, a veces escribo en otros idiomas.
Un saludito pa ti, también.

Anónimo dijo...

Llego un poco tarde. Después de la la navidad y postnavidad y haber tenido ese parto incesante y familiar me topo con un post seminavideño y con cajones... ¡¡ay que tener c*j*nes!! Si, si las "kingkonas". Leches... un poquitin más de "plis". Pero ¡qué cosas más interesantes de pasan! Y la frase tiene su tela... ¿La habrá escrito algún modisto? En todo caso... has dicho tantas cosas que ya no me acuerdo ni de la mitad de la misa.
Solo subrayar que los recuerdos felices duelen también. Si duelen ¿Porqué se llaman recuerdos felices? Si duelen es porque siguen encarnados. Pero bueno el siguiente post de mi weblog será del dolor.

Me he perdido en mi propia respuesta. Ruego me disculpen... me ha encantado el artículo. Las conversaciones las bordas... junto a hairblue soys los que más las bordáis...

besotes

Marta dijo...

Sólo el que esta triste se acuerda de la felicidad.
Los que son felices se encierran en su cajón e intentan tirar la llave, para que nunca les saquen de allí.

Deckard dijo...

Hola guapo.

Solo queria decirte que el dibujo en mi blog no es mio. Es el personaje de una pareja de dj's que se llama Rex the dog. No se si los conoces. Si te gusta el electro, buscalos en la mula ;)

La Profuga dijo...

me gusto la frase no hay nada mas triste q un recuerdo feliz , hay tanto de verdad!!

bsos

Iván dijo...

Cómo me gustan tus historias tío... Y si, no hay nada más triste como vivir de un recuerdo. Si no dependes de él no es para tanto, pero tenerlo todo el día presente, es muy triste.

P.D. Ya me dirás que hizo tu amigo para superarlo tan pronto...yo tengo momentos muy tontos donde cualquier gilipollez me trae malos recuerdos, pero estoy en ello.

Blackwidow dijo...

No creo que sea triste el recordar que en un pasado,aunque sólo fuera por un instante,fuimos felices.Todo lo contrario.Yo me alegro por haber sido capaz de ser feliz.

Anónimo dijo...

Polluelo... estás arrasando! jijiji Tanta gente por aquí comentándote... que tengas un buen inicio del 2006

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Bueno, lo de "arrasando" se lo dejaremos a Thalía! Simplemente os doy las gracias por pasaros por aquí y llenar mi tapicería de valiosas sustancias que lleváis en vuestro interior :D Lo valoro y aprendo de ello, eh.

Besitos, chic@s, y gracias de nuevo, en serio