miércoles, noviembre 23, 2005

Gotas de lluvia en mis zapatos.


Hoy llueve… y no, no voy a decir lo típico de que los días de lluvia me ponen triste porque no es verdad. El único efecto que ejercen sobre mí es el de querer quedarme en mi habitación, con mi manta, viendo alguna peli japonesa, leyendo o escribiendo un rato sobre las ventanas ahumadas de mi casa.

Algunos días de lluvia salgo a la calle y veo como las gotas de lluvia caen sobre mis pies…, y noto que me hablan, me cuentan cosas. Me quedo mirándolas mientras caen y me susurran al oído. Entonces quiero que paren, porque demasiada información me satura, es como si se produjera un colapso en mi mente y dejara de pensar, como cuando una arteria se obstruye y causa un infarto, pues igual… Entonces corro para que me dejen en paz, porque alguna vez he escuchado que los ignorantes son más felices que los que no lo son, huyo de ellas para que se callen y no me mojen más, intento buscar un desierto donde resguardarme.

Hasta que, tras un rato, paro, respiro, miro hacia arriba y me doy cuenta de que huir no es la solución, que, aunque sea poco a poco, debo escucharlas una a una, sobre mis zapatos mojados. Así que busco un charco y decido saltar sobre él, chapotear, salpicar y recordar... Recordar cuando de pequeño me ponía mis botas para la lluvia, las de goma azul, con sus cordones y sus dibujos en la parte alta.

-Mamá, quiero ponerme las botas de la lluvia.

-¿Hoy?, pero si no llueve.

-Da igual…

Y caigo en la cuenta de que quería ponerme esas botas para que las gotas de lluvia no me mojaran y resbalaran lejos de mí, y que, de esa manera, no me pudieran hablar ni me contaran cosas que no quería escuchar, y me veo ahora, chapoteando en los charcos, siendo consciente de que lo mejor es saber, no ignorar, y miro hacia abajo, sonrío y pienso:

-Vaya una puta mierda, me he calado las campanas de los vaqueros.

Y, sin embargo, sigo saltando. ¿Alguien me puede parar?

11 comentarios:

latoledo dijo...

A mi la lluvia me estremece hasta mi fibra más profunda.
Lindo encontrar tu espacio
Besos

Verena Sánchez Doering dijo...

gracias por tus saludos

fui a la pagina y borro casi todo
cosas que pasan
te aseguro que aprendera con esto a no copiar, aprendera a ser honesta con ella misma
sacara el lado bueno de esto, asi que, gracias por tus saludos y apoyo
me gusto lo que escribes, gracias

besos y sueños


verena

eLiSaBeT dijo...

que te dicen esas gotas de lluvia?

Anónimo dijo...

Supongo que es un falso mito lo de que "en la ignorancia se vive mejor". O que los ignorantes son más felices. Yo no creo que eso sea cierto. Además... ¿qué es ser ignorante...? o de otra manera ¿Quién tiene la verdad?

Me ha encantado tu relato. Muy metafórico. Yo antes también me ponía botas, pero cuando era pequeño. Nunca me ha gustado mojarme prefiero llevar paragüas. Seré precabido.

besotes

Anónimo dijo...

Vaya pedazo de descubrimiento que acabo de hacer contigo!!!No llevas mucho escribiendo por aki,no??jo, pues deberias haber empezao antes pa comenzar a leerte tb antes!!!
Espero seguir de cerca esos pasos...sin mojarte los bajos!!!
Un besote

Johnymepeino dijo...

Las películas (algunas) de las vidas de las personas al principio parecen feria y fanfarria, pero después acaban mirandose al espejo y teniendo que coer la vida al peso.

Saludos

Anónimo dijo...

me encanta la lluvia... :)

Johnymepeino dijo...

Y amí, y a mí ;)

Von Krolock dijo...

Gracias por hacerme recordar mis propias botas de lluvia, hacía muchos años que no las traía a mis recuerdos. Demasiados.

Un saludo carótido.

Anónimo dijo...

Pues yo soy de los topiqueros, de los que la lluvia los pone tristes. Soy de sangre caliente, necesito que el sol caldee mi piel para sentirme a gusto. Me desagrada el olor a tierra mojada (en la ciudad huele a polvo, a una humedad sucia, casi mefítica); en cambio me encanta respirar el olor de mi propia piel al ser calentada directamente por los rayos de la estrella Sol.

Ay, yo también quiero saber qué te cuentan las gotas de lluvia, cómo te hablan, cómo son sus voces.

Qué cosas tan sugerentes escribes. Qué agradable leerte.

Un beso.

Neil dijo...

Pues me acabo de dar cuenta de que yo era mas valiente de niña, cuando me mojaba a posta y leía mensajes en los charcos. Ahora huyo de la lluvía y de todo lo que me pueda decir.
saludos