miércoles, noviembre 15, 2006

Poniendo la oreja.


Ayer lo hice. Me acerqué lentamente a una de las paredes de mi habitación, la que siempre está más desnuda, me senté sobre el suelo y pegué mi oreja sobre ella, sin presión, sin crudeza, como cuando uno se recuesta sobre una almohada, pues igual.

Quizá uno no puede pretender que una pared te hable a la primera de cambio, pero, por otro lado, tienes la esperanza de que tantos años observándote desde esa palidez pétrea sirvan para algo y la familiaridad se anteponga a la sorpresa de sentir una inesperada oreja pegada sobre ti.

Pero no…, no oí nada. Fui iluso y pensé que las respuestas a mis preguntas podían estar sueltas por las tuberías de mi edificio y, debido a que son demasiado revoltosas como para salir a borbotones por los grifos de mi casa, decidí espiarlas de aquella manera.

No me gusta el sonido de la nada cuando espero un “semialgo”. Ni siquiera oí una respiración ahí sentado. Quizá mi casa esté paralizada, quizá se haya mimetizado conmigo, quizá justo en ese momento estuviese apoyando también su cabeza contra la mía esperando que yo le hablara para poder dar respuesta a alguna de sus preguntas.

Hice lo mismo con el ascensor y, una vez dentro, pegué mi oreja en él para que los resortes y engranajes dejaran de chirriar y me ofreciesen soluciones o, al menos, lograsen tranquilizarme en esos días donde el alma se inquieta y decide irse de cañas con los amigos dejándote como desnudo…. Sin embargo sólo conseguí llegar a mi piso y que se abriera la puerta metálica mientras yo seguía con la oreja pegada…, esperando.

Posé mi mano sobre el ascensor y le acaricié. Le di una “pasaíca” por la columna vertebral y esperé a que, agradecido, empezara a hablarme…, pero fue en vano.

Al menos, pensé, las paredes de los ascensores no están frías.



Audio: Slovo - Killing me

15 comentarios:

Jose Antonio Vallejo Serrano dijo...

Es que espiar está muy feo y de vez en cuando es mejor preguntar directamente o lo que escuchemos puede estar falsificado por los filtros enyesados de un tabique.

tomatita dijo...

Di mejor, para que no te acusen de espía, que te gusta abrazar el mundo...

Un afectuoso beso

Anónimo dijo...

Pues yo noto algo al poner la oreja en la pared. Claro que no es exactamente un sonido.

Pau dijo...

La almohada es la única que te dice cosas mientras pegas la oreja, lo que pasa que las dice tan bajito que sólo la escuchamos cuando dormimos y ni siquiera oímos nuestros propios pensamientos, lo malo es que al día siguiente cuesta acordarse.

Luis Guillermo Franquiz dijo...

Gracias por una entrada tan original e inspiradora; aquí, ahora, voy a intentar descubrir los susurros y murmullos de mi casa, para ver si descubro algo; aunque te reconozco que existen noches cuando, bien entrada la madrugada, creo escuchar la musculatura de la casa estirándose, como aprovechando que nosotros dormimos para cambiar un poco de posición. Gracias: aún ando con una sonrisa cómplice debido a tu escrito.
Un abrazote.

NBIS dijo...

Los susurros habitan en el éter, solo hay que saber oírlos.

Saludos.

nosue dijo...

A veces puede sorprender el sonido de la nada... y hasta gustar...

Mira para, apoya tu oreja sobre mi....
Escucha....
Te mando un beso

Anónimo dijo...

Qué maleducadas son tus paredes. Pero míralo por el lado positivo. No eres un esquizofrénico ^_^

siouxie dijo...

Hay paredes que si hablaran..!No tendrían nada que decir!. Son las peores :P

Unknown dijo...

....creo que me apunto a lo de las cañas.... y luego lo que se tercie.... lo de las paredes, con las de ahora seguro que no ocurre, que son de pladur, así que igual incluso es una suerte, tú.... ;)

Casshern25 dijo...

¿Has probado a hacerlo - poner la oreja digo - en un servicio publico? Se escuchan cosas si o si, son las mejores... que vida más lujuriosa se llevan las muy picaronas.

Gus! dijo...

no será que tus pareces son discretas? no será que no te lo quieren contar? qué preguntas tan fuertes les habrás hecho?
yo como no quiero saber nada, ya dejé de preguntar... he descubierto tantas cosas, que la verdad, quisiera olvidar.
quédate tranquilo y déjate de buscar problemas :P

Mar dijo...

nos gusta buscar vida a nuestro alrededor, a mi me da un poquillo de miedo. A la noche cuando todo se escucha mejor, me dan miedo los susurros de los armarios.
Tus paredes cuando se decidan a hablar dirán cosas preciosas, seguro.
Besos

hack de man dijo...

Son muy discretas y prudentes, y prefieren pasar por mudas (cuestión de elegancia), pero seguro que se lo pasan en grande viendo lo que haces en tu habitación.

[Lo mismo con el ascensor, bribón... ;-)]

Argenta Copper dijo...

Pero no me creo que tu alma esté de cañas, quizá es que no la escuchas a ella, tanto escuchar a las paredes ingratas que no contestan y tu alma se va callando. Escúchala es la única que dice algo que vale la pena.

Besos