Había estado escuchando durante toda la noche el incesante ruido de la lluvia al estrellarse contra el suelo tal y como las palmeras próximas a una catarata observan el agua caer…, es decir, como si todo fuera un espectáculo circense, tranquilas y seguras de que nada va a cambiar al amanecer. Sin embargo, tanto las palmeras como yo estábamos totalmente equivocados. Aquella mañana se oyeron pies corriendo aceleradamente y gritos ahogados por todos los rincones de la casa hasta que alguien abrió la puerta de mi habitación.
-Cariño..., papá ha muerto.
Ayudé a mi madre a vestirse, era incapaz de hacerlo sola. No paraba de repetir que sabía que esto tenía que pasar cualquier día, que papá no estaba para llegar a las tantas de la noche a casa, y yo añadiría que, casi siempre, oliendo demasiado a alcohol… El olfato de mi madre, atrofiado por una compleja técnica depurada a lo largo de los años de matrimonio, se negaba a oler más allá del coñac que impregnaba la comisura de sus labios y de ver más allá de la puerta que daba a la calle.
-Tranquila, mamá, yo te pongo los zapatos.
Tras terminar de vestir a mi madre y pronunciar estas palabras de repente me di cuenta que yo también necesitaba que alguien me ayudara a ponerme los pantalones, pero nadie lo hizo. Todo lo demás pasó a cámara rápida. Me sentí como un actor secundario en una película de serie B. Demasiados apretones de manos, demasiadas caras largas y ningún abrazo.
El féretro, la nueva casa que portaba a mi padre y su fallido corazón, reposaba en una pequeña habitación marrón de no sé qué sitio que olía a fregasuelos barato. Yo había ido hasta allí como un autómata, negándome a conducir y negándome a mí mismo tal y como había hecho durante toda mi vida.
Mis zapatos de vestir presionaron la moqueta de aquel lugar haciendo un ruido parecido al de una colchoneta al desinflarse. Detrás de mí venía mi madre arrastrando la pena al igual que los pies. Ella quiso a mi padre, él a ella no. Ella le había dado 24 años de su vida, él 22 de indiferencia.
Allí mismo pedí a todos que me permitieran estar a solas con mi padre durante un rato y, acto seguido, cerré la puerta de la habitación con un movimiento suave para no despertarlo.
Le habían afeitado. Mi padre se afeitaba muy pocas veces, no parecía él si no hubiese sido por el rictus duro como el mármol que su cara vistió durante tanto tiempo y que aún poseía… Si pudiera le devolvería la vida, haría cualquier cosa para que esos labios agrietados a base de no reír volvieran a moverse.
Una idea se me pasó fugazmente por la cabeza… ¿cuál era la fuente de la vida?, el inicio de ésta adoptaba forma de espermatozoide, si bien se necesitaba un óvulo esta vez no iba a ser necesario. Me saqué la polla y empecé a masturbarme lo más rápido que pude…, quería hacer aquello por mi padre, lo que fuera para lograr darle vida de nuevo.
Tardé poquísimo en eyacular sobre él. Me di prisa porque no quería que su alma escapara del todo. Fue el orgasmo más increíble que tuve nunca. El comienzo de la vida encima de mi padre, quería darle lo que él me dio a mí, ¡quería darle vida!... ¿quería darle vida?, ¿o simplemente quería darle lo mismo que hacía él conmigo cuando yo era pequeño?
20 comentarios:
Uy!
Jooooder, qué bárbaro.
Qué asco de tío, (el padre).
Como dijeron los martes y trece en el funeral de un tio que había sido un capullo: !Anda y que le entierre otro!
Sería bueno si absolutamente nadie pudiera decir que algo así le pasó a él...
De la muerte a la ¿necrofilia? Estás un poco macabro estos días. Disfruta y cárgate de todo lo que puedas. Que nunca sobra ;-)
jo maaacho. :-D
ala, disfruta de esos días y márcate alguna crónica, o.k.?
va el abrazo
Pues me parece muy bien... Bravo, ole tus cojones (jajaja, nunca mejor dicho)
Besos insanos
Envidia si no me cuentas dónde estás en julio, con quien, parentesco, a qué dedicas "las horas", quién anda por ahí, cuándo piensas volver, cómo viven los aborígenes de esas tierras, etc
Todo, quiero saberlo todo, ¡Todo!. ¡Y ya me lo estás contando todo que no podré esperar a que regreses" :DDDD
llena tu mochila de todo lo bueno q puedas, xq al final, es lo q nos llevamos...
te esperaremos impacientes x aqui..
hasta pronto¡¡¡
Evidentemente, este post está basado en hechos reales. Pero no diré más. Me hubiera gustado que explicaras si limpiaste la corrida o la dejaste allí para que el resto de la familia lo viera.
Uy, no, quería decir si "el protagonista" lo hizo. No tú, clarostá...
;)
Uf... eres el mago de los finales Arc!!!
Un besazo y a disfrutar de esas vacaciones!!!
Ha, ha.
O sea, haha por el comment de Zeta.
Que leo tus textos y me quedo así asá como sea, y luego va éste y me marea...
La venganza, aunque macabra, se sirve fria.
Aqui estaremos campeon. Descansa.
Toma biodramina, clareta
Jo , tio, me has dejado asi amedrentado... Es muy fuerte, encima las descripciones son así vívidas... y también es espantoso y retorcido...
Que pases buenas vacaciones. Te echaré de menos, mientras.
Purrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
el final podría haber sido mejorable, más sutil pero como siempre me encantan tus historias.
pasalo bien, en estos meses unos vienen y otros van y nos cruzamos por el camino. espero que todos volvamos por aqui cuando pase el verano aunque ya está habiendo algunas bajas.
Jopeta... menuda bienvenida al verano... luego dicen que los 'oscuritos' son los alemanes...
desde luego necesitabas esas vacaciones... vaya temporadita que llevas, majo.
¡Disfruta!
arc, sí, vete de vacaciones,y que te dé un poquito el sol y te relajas...
que te lo pases muy bien, y sobre el post, es gore, pero qué quieres que te diga, la mezcla me ha gustado
saluditos
Me parece genial.
Una idea cojonuda (ejem... no era mi intención hacer ese juego...)
Pero... tu duermes bien por las noches?? XD
Por cierto.. me ha hecho gracia al dar a lo del comentario eso de "mancharon mi tapicería"...
lo he encontrado más acertado que nunca.
Un abrazo
Hay un sentimiento contrapuesto, como todos los sentimientos. No me queda claro si el chico quería al padre. Si a mí me hubiesen hecho algo así, creo que no le querría. No me masturbaría para darle vida, sino para cagarme en sus hijoputeces. Siento ser tan rotunda.
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