Ahora noto que el tiempo pasa tan rápido como las hojas del “Hola” en una peluquería. Será porque tengo menos, y, encima, el poco que tengo se escurre como la arena de la playa cuando se te mete en la raja del culo.
Últimamente, y debido a la novedad, es el trabajo lo que inunda mis pensamientos, así que casi no aparecen ideas brillantes en mi cabeza. Es como si se quedaran en la cola, al final de todo, con los brazos cruzados y dando impacientes toquecitos con el pie en el suelo. Espero que no sea siempre así, porque sino apaga y vámonos.
Sin embargo me he dado cuenta de dos cosas muy importantes; que los hombres hucha existen y son esos que se duermen con la boca abierta en el bus y que, además, cuando los miro, me quedo con unas ganas enormes de meterles una moneda de 50 céntimos en la boca. Y, bueno, en otro orden de cosas, también he caído en la cuenta de lo maravilloso que es verle los ojos cuando le regalo algo que no se espera, así, sorpresivamente... Observar esas lucecitas intermitentes en plan ovni y hacerles señales para que aterricen dentro de las mías. Como un contacto interespacial.
Y ahora me voy, que Cocorosie me esperan esta noche en el Greenspace. ¡Iuju!
Audio: Cocorosie - Rainbowarriors